domingo, 16 de enero de 2011

Lugubre rudimentario

Nubes de sal, eclipse inevitable... Toda la tierra devastada, toda la vida contenida. Dando paso a un nuevo orden, algunas notas todavía zumban en mis oídos y huelen a tierra mojada, a lluvia de verano, a otoño disecado en la página de algún libro...

Un sueño olvidado, enmohecido, en una vieja habitación... El mismo cigarrillo a medio terminar. Un grito desgarrador pidiendo ayuda desde un agujero abierto en el cielo de sus ojos, todo queriendo resurgir desde la nada... hacia la nada...
De pronto el estremecimiento por el roce tibio de una piel nunca olvidada, sentimiento azul, azul opaco y calido... blando. No resiste y calla, en este nuevo mundo ya no existen las miradas, la ceguera es universal para los que no quieren ser.
De la nada se reconstruyen nuevas ciudades y nuevos muros, también puertas... pero ya no existe la comunicación, todos son mudos en esta nueva era.
Sonidos extravagantes, inquietantes, que intentan decir algo... con sabor a menta y te, con un dulzor agrio, solo que ya no existe la atención, de que sirve algo semejante, todos serán sordos... están cansados de oír mentiras rotas...
Tan solo quedan algunos sentidos, los incorruptibles, quien podría arrebatarles la sensación del calor de su propio cuerpo, o el gusto de sus pensamientos, de su alma... Ese será el castigo mayor, todos solos... Y una luna impoluta con lágrimas de sal presenciara el final...