Esto soy yo, fugándome en un papel.
Soy las líneas que me componen y me
delimitan.
Esto soy yo, intentando
traducirme inútilmente,
Escapando de mis pensamientos fríos.
Esto soy yo, jugando una última carta
Para ganarle al delirio de la humedad.
Esto es la tinta de mi ser,
Derramándose a través de mi
cuerpo hacia el papel.
Todo azarosamente elegido en el momento
correcto.
Esto soy yo, un cuerpo hinchado por
la putrefacción.
Y mientras estoy suspendida en el agua
turbia,
Dejando que mis pulmones se llenen,
Pienso en el último grito.
El grito expresionista.
Ahora, esto soy yo, un cuerpo que flota en
la laguna.
Con los ojos abiertos y comidos por los
peces.
Con los labios pálidos e
inamovibles.
Al final, esto soy yo.
Las líneas en el papel solo son líneas.
Un otro yo, distinto a ese que
yace ahí.
Esto que queda suspendido en el tiempo,
Soy yo, un yo posible de todos los yo.
Esto es el yo que mutará en las mentes
ajenas.
El yo que se trastoca frente a cada
lectura
de aquellos seres que no son yo.
Pero el yo en mi mente ha muerto;
Se ha disuelto en el agua turbia,
y en mi propia mirada vacía.