Roger Caillois
4am. Vértigo fatal.
Mefistofeles me abrazó y rió en mi oído.
A partir de aquí todo es caída libre.
Percepciones trastocadas de madrugada absurda.
Ojos desorbitados que alcanzan a ver un panorama frágil.
El éxtasis desmesurado mueve a sacudones mi cuerpo yerto.
Movimientos espasmódicos e involuntarios.
4am. Todo fluye en reversa.
Mi pensamiento licuado se mezcla y desvarío.
El empellón repentino e inesperado
me hace caer hacia la vorágine de mi alma desarmada.
A partir de aquí todo es confusión súbita,
la habitación toma dimensiones inconmensurables.
Solo hay allí sonidos exiguos.
4am. Estado de vehemencia.
El mundo ha quedado vacío de palabras,
de contenido, de significados.
Aun escucho el eco de la risa truculenta.
El estado de desorden mental comienza a ceder.
A partir de aquí todo es enajenación.
Se abre espacio solo a una melodía luctuosa.
4am. Todo comienza y termina.