sábado, 20 de febrero de 2010

Para usted... El que lee...

Empezó a apoderarse de mi lentamente, mis sentidos se aletargaban y pronto caí en ese delirio característico de las mentes tristes y sumisas. Ya no había nada para hacer más que esperar la salida, el final de aquel viaje.



Este “viaje” no era realmente tal cosa, si no que se parecía mas bien a un espejismo, a una realidad paralela. Mientras mi mente divagaba mi cuerpo falleció y mi alma se escapó por un rato hacia un limbo donde embriagarse de todos esos sentimientos que mi triste vida no supo darle. Por las noches en mis nuevos sueños Morfeo me trae algunas borrosas imágenes de aquel lugar imperturbable e impenetrable, negado para el entendimiento humano. Tal vez si tuviera que describirlo no tendría las palabras precisas, supongo que es algo así como las viejas pinturas sobre la mitología escandinava, como las telarañas con pequeñas gotas de rocío en una madrugada de invierno, o tal vez como la esencia de la última lagrima que derrama un hombre por amor. ¿Qué más da? Tengo la sensación de que nadie va a entender de lo que estoy hablando, o que a nadie le va a importar. Cada alma tiene su propio cielo y tal vez sea eso lo que nos da la felicidad y la seguridad de que la vida no es esto que nosotros podemos ver. Mis descripciones seguramente resulten repugnantes para algunos, insulsas para otros y hasta demasiado maravillosas para algunos mas dichosos que yo.

Hola, estoy escribiéndote a vos. Vos que después de leer todas mis sandeces todavía estas sentado ahí y para colmo seguís leyendo. Si llegaste hasta este maldito párrafo es porque tu alma tal vez sea parecida a la mía y hayas captado algo de todo lo que dije… O tal vez solo seas un curioso insaciable que no va a detenerse hasta el final de estas palabras. Te tengo una noticia, no voy a parar. Esto es solo el principio de la supuración de una herida que acarreo hace siglos. Mi alma lleva los tormentos de todas sus vidas pasadas, las emociones, las desdichas, las ilusiones. Cada noche decanta algo nuevo en mi mente y me veo obligada a seguir un nuevo camino para satisfacer los caprichos de alguien que murió y me dejo algo de su delirio a mí. La mayor parte del tiempo puedo hacer lo que se me da la gana, y mi alma llora.


Hoy hace días que no puedo dormir, no como, no hablo, no lloro, ni río… Estoy convirtiéndome en un espectro, ella ya logro dominarme, tan solo me deja volcar estos tristes pensamientos en un papel para que mi mente no pierda su cordura. Las torturas siempre serán más efectivas y más gozosas si son aplicadas en mentes cuerdas y sanas que no pueden defenderse…


El trance comienza… vuelvo a ver las puertas blancas que se abren otra vez, estoy adentrándome en el espiral… Ya no me deja seguir es cribien do … E s     to   es     a   lg      o  q   ue       na    di e         d e   be       ria                le                             er .

miércoles, 3 de febrero de 2010

Tinta Negra, Agua Sucia

Pies descalzos sobre piedras blancas.
Largos caminos que te llevaran a la nada...
Todo el tiempo pensando en el tiempo.
Mil agujas clavadas en la mente dormida.
Las pequeñas gotas sobre el parabrisas
Son tan insignificantes que ni se mueven,
No se chorrean, no se derraman...
Todo el tiempo pensando en el tiempo.
La gente se sigue yendo sin remordimientos,
Y estos pies blancos siguen sobre piedras descalzas.
Crueles bromas del destino,
Una llama que dura segundos...
Y después el humo y las pitadas infinitas.
Todo termina por consumirse,
Pero aquel cigarrillo quedó solo y se apagó.
Todo el tiempo pensando en el tiempo.
Unas enaguas impías quedaron guardadas en el placard,
Y estos pies de piedra se estancan descalzos en lo blanco.
Desde lejos se puede ver al francotirador;
Sin piedad, sin dolor, inamovible y desalmado.
Segundos que se vuelven llamas y se apagan en la distancia.
Y las gotas ya, como lagrimas de los mismísimos ángeles,
Comienzan a derramarse y chorrear,
Se convierten en humo y se desvaneces en el aire.
Todo el tiempo pensando en el tiempo.
Los papeles gastados se resquebrajan,
Y las piedras blancas ya taparon a los pequeños pies descalzos...