Yo misma estoy intentando
desenmarañar mis propias palabras, que sin saber bien porque de un momento a
otro deje fluir como un río perlado y volátil desde mi inconsciente hacia mi
lógica trastocada y liberado extrañamente por mis torpes manos no solo se
estamparon con tinta en un papel, si no que además en una inexacta traducción
terminaron esparciéndose en un mar interminable de mentes que las leen.
Ahora otras conexiones
neuronales descifran un mensaje sin sentido.
Ahora me veo atrapada en
un sinfín de delicados trazos que tratan de explicarme lo inefable. Soy un no
lugar, la negación absoluta. Algunas páginas pasan de largo y yo contemplo
desde mi pináculo aquel largo camino sin huella alguna.
Todo el entorno se
trastoca repentinamente, la aparente luminiscencia que invadía la escena
desaparece… Me veo bajo el agua… la corriente arrastra mis ideas dispersas y
hace con ellas un dificultoso juego de mnemotecnia. “El orden de los factores
no altera el producto”, intento hablar pero no existo. Unos hilos de colores
dibujan una melodía en el aire y me invitan a sucumbir.
El mundo rompe bolsa,
rápidamente me encuentro desnuda y desvalida en la extrañeza… Las imágenes del
naufragio se desvanecen lentamente. Todo está teñido de un rojo tierno, al
final solo se distingue un árbol… seco, y debajo un colchón de hojas… secas, y
todos los ocres posibles se ven reflejados en mis ojos acuosos... Esta imagen
es una letanía, el cielo está escrito, el enredo es un subterfugio, el periplo
termina aquí.
Me encanta tu escritura. Mi sistema nervioso se ausenta para con el mundo cuando recibo el estímulo de tu poesía.
ResponderEliminaretéreo y mundano. una sutileza de pieza
ResponderEliminarpuff me encanta, anda preparando material y sacamos una edicion, esta buenisimo
ResponderEliminarMe atrevo a decir que soy una de las que requería esta respuesta, ahora entiendo mejor un par de bastantes cosas. Gracias por la resolución!
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